domingo, 25 de abril de 2010

Martillazos V

PART 5 –domingo por la mañana-

Domingo. El señor descansó este día, pero este vecino no sabe lo que es descansar ni dejar descansar a los demás. He escuchado la puerta de su casa cerrarse, creo que es mi ocasión.
He sacado la escalera de mi trastero, (ya podía haberla tenido preparada). He colocado la escalera junto a la tapia que mide más de dos metros y con cuidado de la caída me he colado dentro del pequeño patio de su casa, en el que se puede acceder a este desde una puerta secundaria de cristal si eres el propietario.

Me acerqué a la puerta de cristal, pensé que estaría abierta, pero no lo estaba. Apoyé mi cara al cristal para observar el interior de la casa, pero nada, no se veía nada, el cristal estaba lleno de polvo generado por los escombros y no pude atisbar una ligera idea sobre lo que se está haciendo allí dentro.

En lo alto de la puerta de cristal, cercana a los dos metros de altura si que había un trozo sin polvo, un trozo lo bastante transparente como para ver, y he caído en la cuenta de que mi escalera estaba al otro lado, así que he debido de ingeniármelas para salir de allí lo antes posible.

Oí una puerta cerrarse, era él, y yo aún estaba dentro.
Rápidamente, con las pulsaciones a trote de caballo he intentado escalar la pared, pero no he podido, gracias a Dios habían unas cajas de azulejos, nuevos, seguramente que iba a utilizar para adoquinar y chapar las paredes que estaba destrozando.

He movido dos de las cuatro cajas hacia la pared, me han ayudado a subir, si eso si, pero no estoy seguro si la huida de su morada ha sido limpia e inteligente, primero porque las cajas están movidas, arrimadas a la pared, de lo cual puede deducir que he saltado a su casa y luego huido ayudándome con estas para poder agarrarme al muro extendiendo mis brazos. La segunda; que también me he ayudado de mis pies para subir y probablemente le haya dejado unas huellas negras de mis zapatillas en la pared, la he cagado, lo se, si sale al pequeño patio se dará cuenta. ¡Mierda! ¿Qué debo hacer ahora?

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