viernes, 23 de abril de 2010

Martillazos III

PART 3 –viernes-

Extraño, muy extraño, he ido a hablar con el vecino, un hombre de cuarenta y tantos, de casi metro ochenta, pelo cano, moreno y con unas ojeras considerables.

Tras abrir su puerta no ha habido apenas diálogo, pensé que igual que tuvo la amabilidad de decirme que haría unas obras, también tendría la consideración de hacerme pasar para ver como iba la rara construcción o arreglo dentro de su morada, pero no ha sido así, tampoco esperaba que me invitase a tomar una cerveza en su salón, pero lo cierto es que la sensación que he tenido ha sido bastante alentadora, parecía otro, cambiado, con la mirada de un loco, ¿en una semana puede alguien volverse loco?

El diálogo ha sido escaso, banal, el típico saludo vecinal y luego tras preguntarle como iban las obras me ha contestado que fenomenalmente, pero que aún debía de acabar algunas cosas, y todo ello acelerado, casi cerrándome la puerta en las narices, no me ha dejado ver el interior, a colocado su cuerpo entre el hueco y la puerta dificultándome la visibilidad, no he podido ver nada, ni un solo resquicio del pasillo de la entrada.

Ahora estoy sentado, en mi ordenador, escribiendo esto, sabiendo dos cosas del vecino;
La primera; que esconde algo.
La segunda, que mañana averiguaré lo que es.

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